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En la exuberante Cordillera del Cóndor, en la provincia de Zamora Chinchipe, opera un pilar fundamental para la economía y el desarrollo tecnológico de Ecuador: la Mina Mirador. Este es el primer proyecto minero a gran escala del país, gestionado con destreza por EcuaCorriente S.A. (ECSA), y un modelo de cómo la tecnología y la responsabilidad pueden coexistir en la industria minera.
Desde esta ubicación estratégica en la Amazonía ecuatoriana, Mirador extrae concentrado de cobre, un mineral vital que impulsa la transición energética global. Este concentrado emprende un viaje de miles de kilómetros hasta China para su refinación, pero antes de llegar a su destino final, atraviesa un proceso técnico riguroso y altamente avanzado.
De la Roca al Concentrado: Un Viaje de Alta Tecnología
Jeimi Chiluisa Palacios, Coordinadora de Relaciones Comunitarias y Comunicación de ECSA, nos guía a través de las primeras etapas del proceso: «La mina está organizada en bloques técnicos. En cada uno, realizamos perforaciones precisas con barrenos donde se colocan explosivos para fragmentar la roca, facilitando su posterior manejo».
Una vez fragmentado el material, imponentes vehículos dumpers de 230 toneladas lo transportan hasta la trituradora primaria. Aquí, la roca se reduce a fragmentos de menos de 30 centímetros. Desde este punto, un sistema de bandas transportadoras lleva el mineral hacia un imponente domo de almacenamiento, donde se acumula en una gran pila de acopio. «Este sistema nos permite controlar y almacenar el material para enviarlo progresivamente a la planta de beneficio, que es donde ocurre la transformación tecnológica del mineral», añade Jeimi.
En la planta de beneficio, la magia de la ingeniería se hace presente. Roberto Saant, uno de los operadores, describe el crucial proceso de molienda: «El material ingresa al molino semiautógeno (SAG), donde se fragmenta a menos de dos milímetros. Luego, pasa al arenero, que separa el mineral grueso del fino. El material grueso regresa al molino de bolas giratorio para seguir moliéndose, mientras que el fino continúa hacia la flotación». Jeimi complementa: «En el molino de bolas, la fricción fragmenta las rocas hasta un tamaño menor a 120 micras, un requisito fundamental para los procesos posteriores».
Douglas Lapo, operador líder de la planta, explica el innovador proceso de flotación: «Agregamos agua, cal, sal, espumantes y aire al material molido para separar el cobre mediante burbujas en un proceso fisicoquímico. Posteriormente, en los sistemas cleaner 1 y 2, mejoramos significativamente la pureza del concentrado».
Después de la flotación, el concentrado se somete a un proceso de deshidratación. Néstor Ribera, operador de transporte, detalla: «El concentrado llega a una estación equipada con 12 espesadores de 45 metros, donde sedimenta. Luego, pasa a filtros prensa que comprimen el material, formando lo que llamamos el ‘cake’: una arena de concentrado que es cuidadosamente empaquetada».
Carlos Mejía, operador de filtro prensa, nos da los toques finales: «La empaquetadora cuenta con tres tolvas donde se carga el concentrado antes de ser dispuesto para su traslado».
Para concluir, Jeimi Palacios resume el viaje del cobre: «El concentrado es transportado en camiones tipo tráiler hasta el puerto, para luego ser enviado vía marítima a la refinería en Tongling, China, donde se obtiene su máxima pureza».
Compromiso con el Desarrollo Sostenible
La operación de la Mina Mirador no solo destaca por su avanzada tecnología, sino también por el firme compromiso de ECSA con una minería responsable. Esta visión contribuye activamente al desarrollo sostenible de Ecuador y fortalece la matriz energética global, al suministrar el cobre esencial para tecnologías limpias como los vehículos eléctricos y las energías renovables. Mirador es un testimonio del potencial de Ecuador en la industria minera, operando con estándares de alta calidad y un enfoque en la sostenibilidad.
