La tragedia en la pista y el clamor del pueblo por justicia ambiental

Los recientes acontecimientos en la provincia han conmocionado a la población, reflejando una desgarradora realidad que trasciende lo individual y afecta a todo el entorno. Videos difundidos del operativo en la pista revelan momentos de desesperación y violencia que marcan profundamente a quienes los han presenciado. La angustia del joven protagonista de estos hechos ha movilizado al pueblo, que ahora recorre las orillas del río Zamora con la esperanza de hallarlo, vivo o al menos con respuestas.

Esta situación pone en evidencia un problema mayor: nuestra provincia, rica en recursos naturales y con una actividad minera profundamente arraigada, está sufriendo no solo por la minería legal, sino también por el incremento de actividades de minería ilegal. Esta última, sin controles ni regulaciones, está generando daños ambientales irreparables. Los ríos de Zamora Chinchipe, fuentes de vida y sustento para nuestras comunidades, muestran el impacto de estas prácticas extractivas que no consideran la sostenibilidad ni el bienestar de los habitantes.

Las autoridades de turno tienen una responsabilidad urgente de intervenir en esta problemática. Es necesario que den soluciones inmediatas, regularicen y legalicen las actividades mineras bajo estrictos parámetros que garanticen la protección del medio ambiente y el desarrollo sostenible de la provincia. La legalización de estas actividades permitiría un mayor control, evitaría los daños provocados por prácticas clandestinas y generaría beneficios para las comunidades a través de recursos e inversiones bien distribuidos.

El clamor del pueblo no solo es por el joven desaparecido, sino también por la protección de nuestros recursos naturales. Las voces que se alzan reclaman no solo justicia para quienes sufren directamente las consecuencias de estas situaciones, sino también para la tierra que nos sostiene.

Es urgente reflexionar sobre el camino que está tomando nuestra provincia y trabajar juntos para erradicar la minería ilegal, garantizar el cumplimiento de la ley y promover prácticas responsables. Porque cuidar nuestros ríos es cuidar nuestra vida y la de las generaciones que vendrán.