La reciente Consulta Popular y Referéndum del 16 de noviembre ha provocado un quiebre significativo en la Asamblea Nacional, poniendo en riesgo la gobernabilidad del Ejecutivo. La derrota en al menos cuatro preguntas clave ha sido interpretada por los legisladores como un claro mensaje de la ciudadanía que exige “un giro en la forma de gobernar” al presidente Daniel Noboa.
Fuentes dentro del Legislativo señalan que varios bloques que previamente respaldaban las iniciativas de ADN (Acción Democrática Nacional) han manifestado que ya no votarán “al 100%” junto al oficialismo. Esto es crucial, ya que el Gobierno había logrado superar umbrales legislativos por márgenes muy estrechos (apenas tres o cuatro votos).
La Presión por Reconstruir Consensos
El panorama legislativo actual muestra que el Parlamento está asumiendo la necesidad de ajustes internos, mientras que el oficialismo se ve forzado a reconstruir consensos. Los exaliados ahora exigen:
- Mayor apertura y diálogo.
- Rectificaciones en la gestión gubernamental.
- Atención directa a las demandas sociales expresadas en las urnas.
La controversia escaló con eventos como la fallida designación de Álvaro Rosero como Ministro y la posterior elección de Nataly Morillo como Ministra de Gobierno. Analistas políticos anticipan que esta fragmentación interna dificultará la aprobación de futuras leyes de carácter económico o de seguridad propuestas por el Ejecutivo.