El Departamento de Justicia y el Departamento de Estado de Estados Unidos han incrementado la recompensa por información que lleve a la captura de Nicolás Maduro a $50 millones. Esta medida se enmarca en una acusación formal contra el presidente venezolano por utilizar organizaciones terroristas extranjeras para traficar drogas y generar violencia. En enero pasado, la recompensa había sido de $25 millones, lo que subraya la escalada en la presión de EE. UU. sobre su régimen.
Cargos por narcoterrorismo y vínculos con cárteles
Según la fiscal general de los Estados Unidos, Pam Bondi, Maduro utiliza a grupos como el Tren de Aragua (TDA), el Cártel de Sinaloa y el Cártel de los Soles para introducir drogas letales y violencia en el país. La Administración de Control de Drogas (DEA) ha incautado decenas de toneladas de cocaína vinculadas a Maduro y sus socios, quienes obtienen sus ingresos de estos cárteles con base en Venezuela y México. El Departamento de Justicia (DOJ) ha incautado también más de $700 millones en activos, incluyendo aviones y vehículos, pero el “régimen de terror” de Maduro continúa. La funcionaria reiteró que Maduro es uno de los mayores narcotraficantes del mundo y una amenaza para la seguridad nacional, asegurando que “no escapará de la justicia”.
Estados Unidos mantiene su postura de no reconocimiento
Paralelamente, funcionarios estadounidenses han reafirmado que no reconocen a Maduro como presidente legítimo de Venezuela. El Secretario de Estado, Marco Rubio, declaró a finales de julio que el gobierno de EE. UU. mantiene su apoyo a la restauración de la democracia en Venezuela. Rubio calificó a Maduro como el líder de la organización narcoterrorista Cártel de Los Soles y lo acusó de corromper las instituciones venezolanas para facilitar el tráfico de drogas hacia Estados Unidos y Europa.